15 de febrero de 2013

Por Las Calles Que Caminamos




Por las calles que caminamos
Se ha vuelto el huracán
Dentro de los ladrillos y el asfalto,
El imperio se vino abajo
Junto con sus torres y la abadía,
El placer de los gorriones
Y todo lo prestado,
Las noticias y el alcohol
La realidad y la melancolía;
Como si no hubiera mañana,
Fue rápido y destinado
El giro de las manecillas,
Y entonces después de los abrigos
Estaba el invierno,
Bendije tus manos
Y bese tus pies,
Desde los mares hasta el profundo cielo
Supe que no había demonios
Solo pobres alabanzas,
Quizás falto tiempo, quizás sobro aquel,
Y quizás desde este lado del día
Hemos dejado atrás las calles que caminamos.

El silencio de los parpadeos
Lejanos a casa
Y el viento desnudando la palabra,
Se hizo reverencia
A los cigarrillos y al café
Que tantos enemigos amaron,
Los pies y las millas
Con constantes curvas,
Y los años que nos traicionaron
En lo complicado de los nudos del destino
Lo complicado que fue desafiar lo desconocido,
Las fallas y fracasos
Todos los bienaventurados
Algunas maneras de saludar,
Y otras cuantas para despedirse;
Y el lado oscuro
De los túneles mágicos
Y la hierba de los comerciantes,
Dormir en los autobuses
Y despertar en los amaneceres,
Dormir y dormir
Y vivir soñando para volver a soñar,
Quizás falto tiempo, quizás sobro aquel,
Y quizás desde este lado del día
Hemos dejado atrás las calles que caminamos.

El suelo ardiendo
Y las nubes yéndose,
El olor a la distancia
Tuve cuidado de esconder mis caramelos
Para que no pudiéramos regresar,
La sed y el hambre
Las costumbres de olvidarse,
Y los puños en la cara,
Dime ahora cuál es tu nombre
Dime como me dirás a mí,
Y los kioscos, los perros y los niños gritando
El deseo de ser lustros las horas,
Esa última vez
Como si fuera la primera,
El recuerdo de tu rostro
Y la desaparición del fantasma
Que regreso una tarde de junio,
La punta de la lengua
Las costillas y las rodillas,
Quizás falto tiempo, quizás sobro aquel,
Y quizás desde este lado del día
Hemos dejado atrás las calles que caminamos.

Fui tu enemigo
Quizás el más acérrimo
Y también fui tu río,
A través de la noche
Y las ventanas abiertas
He logrado ser el más leve suspiro
Y el más fuerte acero,
Le dije a mi Señor
Que me quitara la tristeza
Que me dijera que hacer,
Y ahora después de todo
Su única respuesta
Fue el hacerme saber
De tus ojos cafés,
Me senté bajo el ciprés
Y llore por semanas,
No creí en ellos
Pero ningún reloj marca la hora
Sin antes dársele cuerda,
Quizás falto tiempo, quizás sobro aquel
Y quizás desde este lado del día
Hemos dejado atrás las calles que caminamos.






-Alejandro-

2 comentarios:

  1. excelso, lo que daríamos por volver a andar por aquellas calles

    ResponderEliminar
  2. Yo también me pongo a pensar y a veces me percato que por algo caminé por esas calles, y otras que no debí haberlas ni pisado, saludos me quedo con esta parte: "Pero ningún reloj marca la hora, Sin antes dársele cuerda, Quizás falto tiempo, quizás sobro aquel, Y quizás desde este lado del día, Hemos dejado atrás las calles que caminamos."

    ResponderEliminar

Póngase su traje y tanque de oxígeno, sea bienvenido a La Luna.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...