25 de septiembre de 2012

¡Ue Ue Uepa!

"Bajo el espléndido celaje de luz, de distinguidos colores
Martha Cecilia, coronada fuiste tú...
aclamada entre las quince flores;
te lo mereces Martha, que te cante Landero
Eres una cosa exacta, Ay a los ángeles del cielo"
Andrés Landero

El fenómeno de la cumbia en Monterrey, fue significativo y notable a diferencia de los estallidos cumbiamberos a lo largo y ancho del continente; es bien sabido que la cumbia como tal, nace en Colombia, eterna patrona y matriz de los grandes ritmos latinos, mezcla y simiente de las tradiciones precolombinas a reserva y unión con los sonidos africanos.
En la década de los 60's, llega al noreste del país, el fenómeno del Sonidero; grandes aparatos con cierta potencia sonora, que sonaban vez tras vez en las colonias bravas de La Sultana del Norte; quiero decir, la mítica Colonia Independencia.
Sobre la Indepe, puedo decir que fue poblada a finales del siglo XIX, por una mayoría de inmigrantes potosinos, por lo que fue conocido como el Barrio San Luisito. En 1910, tras el aniversario de la Independencia Mexicana, por órdenes del presidente, el barrio pasó a llamarse "La Colonia Independencia".
      Recuerdo que un profesor, el historiador Jacobo Castillo, me comentó que, los tres aspectos fundamentales que crean una comunidad son los siguientes: -Lugar de origen (S.L.P),- Ocupación (Braseros, obreros, albañiles) - Culto (El culto a la Vírgen de Guadalupe). La colonia Indepe, fue testigo entonces de este fenómeno. 
Mural de la Colonia (Conarte)
El Sonidero, música con ritmos colombianos, dio paso a la naciente era del vallenato, de la cumbia colombiana y por ende, del surgimiento de la contracultura cholombiana.

¿Colombianos en Monterrey? 


La contracultura Cholombiana (Polisblog)
A mediados de siglo, bastantes inmigrantes que por aquellos años laboraban en Texas, se conocieron (colombianos, mexicanos, panameños, nicaragüenses), a los centro y sudamericanos, se les dificultaba volver a sus lugares de origen para pasar fiestas decembrinas, por lo que, como un hermoso mito popular, se dice que los regiomontanos inmigrantes, invitaron a éstos a pasar las fechas al pie del Cerro de la Silla, y aquí, señoras y señores, cuenta la leyenda brava, que nació así la cumbia en Monterrey (Desapegándonos claro,del centralismo que inquiere el hecho de que todo ritmo en México pasa primero por Distrito Federal).



El declive de los sonideros vino tras los avances tecnológicos, la aparición de los cassetes, los equipos de sonido propio, importados desde el vecino país, orientaron y encaminaron a los músicos a crecer y divorciarse de los sonideros para dar paso a las primeras bandas de cumbia y de vallenato. Su emergente propuesta, siempre parte del pueblo, sirvió también como vehículo de denuncia; nace la cultura mezclada de cholos y chundos. Etiqueta social que pensaba lucir vistosa, exótica, dando una estética cuasicolombiana con detalles cholos, una contracultura que mostró su reivindicación, su otredad, personificación de la clase baja.


 Sus bailes, dejaban de ser simplemente eso, se convertían en un ritual, en una situación para demostrar la fortaleza, en esto está, la fricción, los golpes, el desencadenamiento. Así fue cómo las bandas y los sitios donde se tocaban las cumbias, más allá de ser un sitio de desahogo, se convirtió en un campo de batalla. Barrios de la X contra barrios de la Y, fulanito vs. sutanito. Era la nueva época de las pandillas, siempre con su peinado estrafalario y su rosario de a quince pesitos.

Paco Silva y la Tropa Colombiana.


Paco Silva y la Tropa Co.
 Comencé a escuchar cumbias hace no más de un año, tras mi elección de Monterrey como temporal residencia, me encontré a mí mismo con la curiosidad de entender el fenómeno musical de la zona. Mucha banda noventera no me dejará mentir que con el surgimiento de bandas como El gran Silencio, la música adquirió un sentido latinoamericano y casi planetario. Pues, anterior a la propuesta de El gran, hace poco me tocó escuchar a un grupo que hasta la fecha sigue haciendo presentaciones, me refiero nada más y nada menos que a Francisco "Paco" Silva y la Tropa Colombiana. Con más de veinticinco años en la industria musical, y tras haber tenido problemas con algunos de los miembros principales (éstos terminaron sacando nuevos grupos, o registrando los nombres a Tropa Vallenata/ Tropa Co.) Me es imposible mencionar a la Tropa sin hablar de Paco Silva; su voz, su timbre y su acento hacen muy disfrutable, muy sabrosa pues, la canción. 
Hoy día existen demasiadas etiquetas y complejos sobre la cumbia, Celso Piña, se ha encargado de romper esa línea, haciendo cóvers con artistas de distintos géneros, agregando paulatinamente a la cumbia y al vallenato a los quehaceres y oficios del panorama musical actual. Los colombianitos, siguen siendo una cultura emergente, muy por encima de las situaciones de violencia y narcotráfico en la localidad, siguen reivindicando su estilo, siguen demostrando su estampa de marginales pero a la vez luchando por su espacio; espacio que se ha peleado por punks, darketos, góticos y los relativamente nuevos, reggaetoneros.
   No quisiera extender este artículo, y si la cumbia nunca ha sido de su gusto, no hay razón para escucharla, sin embargo, habrá que probar un poco aquellos ritmos, algo fuera de los quinceañeriles no me arrepiento de este amor, aunque me cueste el corazón  o qué bellos son tus celos de hombre ....

En esta ocasión, les dejo una pista de la Tropa, se titula cumbia hexagonal, y es una especie de homenaje a un músico colombiano llamado Andrés Landero. Espero disfruten de la música que acá entre nos, a mí, un pseudointelectual casado con el rock transgresivo y el jazz treintón, me hizo fijar los ojos en el sentimiento musical de la zona.

Músicos de todo el mundo, Monterrey los saluda. 

mdf

Libros que tratan el tema: Olvera, Juan José. Colombianos en Monterrey. Monterrey N.L: Fondo Estatal para la Cultura y las Artes. 2005. 242 pp.

3 comentarios:

  1. Yo no le hago a las cumbias pero... sí dan ganas de bailar >.< eh, eh! *mueve las caderas*

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  2. Me gustó toda la historia, se nota que preparó buenas fuentes de información y como no, en experiencia propia usted está tan cercano a todas esas transformaciones culturales, me agrado la reseña, y la música siempre tan cómoda para bailar, saludos.

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Póngase su traje y tanque de oxígeno, sea bienvenido a La Luna.

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