10 de septiembre de 2012

Decepción plasmática- Recuento de una vida

Arte plástico- El Jardín de las Estatuas Danzantes

Y hasta la palabra vacío, me llenó 
-Gustavo Cerati- Tracción a sangre- Fuerza Natural

Se lo llevó la tormenta del tiempo,
lo desapareció la dicha de la vida;
llevo de él dos años de duelo
y un temblor de odio en las rodillas.

Los días los tenía bien contados,
nadie pudo llamar a la policía,
desapareció luego de dos años
que el frío se robara su poesía.

En la almohada guardo bilis amarilla,
un poco de cólera en la cama;
tomo un somnífero dos veces al día
porque sólo así las voces se acalambran.

Una receta simple de dos pastillas,
novecientos gramos de niebla clara,
dos cucharadas de glaciares de mirillas,
un aluvión de fotolitos de palabras.

Esperar tanto me sirvió para nada,
pero me enseñó el lenguaje morse
que se escondía en la inocencia perdida,

en la desesperanza, la pena de su goce,
en la soledad, una oscuridad que temblara
lo que en recuerdo es sólo niebla condensada.


Un brevísimo poema sobre otro suceso de la vida... 
Los dejo con una canción para aquellos que saben
que hay tanto idiota ahí fuera.

Puede ser que mañana esconda mi voz
por hacerlo a mi manera,
hay tanto idiota ahí fuera,
puede ser que haga de la rabia mi flor
y con ella mi bandera,
sálvese quién pueda... 
Vetusta Morla


4 comentarios:

  1. Vetusta Morla, buen final para este poema salvado de morir.


    saludos.

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  2. No había visto que publicarás, ay de mi.

    Que fina y poética lírica de Vetusta.. Ahora me inspiran a escuchar más de ellos. Saludos!

    ResponderEliminar

Póngase su traje y tanque de oxígeno, sea bienvenido a La Luna.

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